Prometo ser tu refugio (si no me da pereza)
Llevamos ya un tiempo con la tontería esta de ser una girl’s girl, como si fuese un título nobiliario que te dan en cuanto te haces la manicura con otra tía y le das like a sus selfies. Y mira, yo observo. Observo mucho. Tal vez porque soy ansiosa y necesito tener todos los escenarios posibles mapeados como si viviera en una simulación del apocalipsis emocional. Quizá sí. Quizá no. Pero lo veo.
Veo cómo muchas se cuelgan la medallita de “yo soy muy de chicas” hasta que otra piensa distinto. Hasta que otra brilla más. Hasta que otra, dios no lo quiera, te pide algo más que un emoji en stories. Ahí ya se complica. Porque, claro, te voy a mandar un mensajito privado diciéndote que lo siento mucho, que aquí estoy, pero públicamente no vaya a ser que parezca que siento algo. Como aquel tipo con el que salías que te besaba en el portal pero al día siguiente te dejaba en visto como si le hubieses pedido un préstamo.
No puedes ir de girl’s girl si luego haces ghosting emocional a tus amigas. Si te sabes todos los discursos sobre salud mental pero cuando es otra la que se rompe, cambias de tema o pones cara de “uf, qué pereza”. Si lo tuyo siempre es más importante, más urgente, más de verdad.
No podemos vendernos como si estuviésemos en una entrevista de trabajo para ser la BFF del año, cuando en realidad solo queremos los beneficios emocionales del puesto sin hacer las horas extra. No prometas ser un refugio si solo estás para la foto. No nos pongas overselling de lo buena amiga que eres, que no estamos en LinkedIn.
Ser de chicas no va de lemas ni de reels con música bonita. Va de estar. De verdad. Apoyando, sujetando y alzando. También cuando no hay filtros.